El tiempo se conoce muy bien con
la soledad, me dijeron que él se dejó estar y ella visitó mi puerta. Ambos
entraron de la mano a conversar en mi living, los recibí con una tasa de
entrega, ya que necesitaba que se quedaran conmigo un ratito. La soledad, mujer
impaciente, se tenía que ir, me dijo que la llamó su amiga angustia, ella
también me visitó hace algunas semanas pero en cuanto mi amiga tranquilidad se
decidió a acompañarme, la angustia se retiró caprichosa. Con el Tiempo ya de mi
lado llamé a Tranquilidad, entre los tres decidimos comenzar a juntarnos con la
Alegría, la cual nunca se fue de mi lado, solo salió a jugar por unas semanas a
otro lugar. Cuando nos aprestamos a conversar, habló la Razón y con su
liderazgo irrebatible dictó los pasos a seguir: Tiempo, tú acompáñanos lo que más
puedas. Tranquilidad, tú mantendrás al margen a la Tristeza, la Ansiedad y la
Pasión…. Por favor da tu mejor esfuerzo porque es una tarea ardua. Alegría, tú
te encargaras de reconstruir la personalidad de mi amigo (refiriéndose
cariñosamente a mi). Y por último, yo me encargare de dirigir para que no
perdamos el rumbo. En eso la Tranquilidad, con su tono sereno le preguntó a la Razón
¿Cuál es el objetivo? A lo que la Razón respondió: Como ustedes saben yo me
apoyo mucho en La experiencia y el Conocimiento, quienes me aconsejaron antes
de venir, y concluí que tenemos que restablecer el equilibrio, No puede ser
que nos dominen las pasiones y los sentimientos abrumadores, también mantener
lucida a nuestra Conciencia la cual a veces es nublada por la Pasión y la
Ansiedad, además es importante reconstruir nuestra personalidad, quien tomará
mi lugar cuando todo termine y será la encargada de dirigirnos a todos
nosotros.
Yo le encontré mucha sensatez y me decidí a ser parte
del plan y ejecutarlo de la mejor manera. En ese momento la Alegría interrumpió
diciendo: ¡Ya lo tengo! Todo será más fácil si le digo a la Esperanza que nos
acompañe, ella es la que siempre me alienta. Yo, entre el entusiasmo me acorde
del corazón, y le pregunte a la Razón que hacer con él, a lo cual respondió: Al
corazón yo lo puedo vigilar, pero no puedo controlarlo jamás, lo que haré será
enfocarlo hacia lo que nos sirve, es decir, que derrame su amor en las cosas
que más te gusten hacer y que nos ayuden a reconstruir la personalidad, que nos
haga compartir con las personas que te hacen bien y quienes pueden mantener al
corazón tan radiante como siempre, así la pasión se transformará en creatividad
y no en impulso visceral. Qué bonito habla la Razón, fue lo que pensé en ese
momento, lo cual me dio más confianza y seguridad. Estaba todo listo, a partir
de mañana hay una solo camino, ponerse de pie y volver a comenzar.
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