Ilusiones negras vienen y siguen,
ilusiones esporádicas que me reprimen, no sé cómo escapar, la casualidad me
quiere matar, el día me desafía a que rompa lo habitual. Pero mi mente se
retuerce y mi alma está inquieta, solo conservar la calma, diluir el ansia con
gotas de vacío, esperar que el sol baje porque tengo frio. Me domina el
pensamiento y busco la sorpresa, pero por el hecho de buscarla me doy cuenta
que ella esta presa, atada e indomable, no se va a presentar cuando vaya a la
ventana a asomarme y mirar. Es un desafío, lo sé, y el camino es oscuro, solo sé,
que debo ser cauto pues mis pasos son duros, cada instante es una decisión frágil,
cada palabra puede ser un arma ágil.
Y vuelvo a buscar la respuesta,
en mi mente racional que no sabe de certezas, mi corazón golpea el muro de
huesos que lo rodea, pero del corazón no confío porque la taquicardia en algún momento
regresa. Sé que hay algo del otro lado pero no puedo verlo, quiero saber que
pasa y no vivir de recuerdos, no vivir de recuerdos, no vivir de recuerdos, no
vivir de recuerdos, vivir con los recuerdos, vivir con los recuerdos, vivir con
los recuerdos.
Superar el impase, la muerte de
una parte del ‘Yo’, pero no es una muerte, lo sé, es un paso largo que no sé dónde
irá a caer. Como un ciego no me queda donde mirar, solo interpretar lo que mi
cuerpo me quiere señalar, mi mente esta incapaz de mirar hacia afuera, necesito
alguien que me acompañe a caminar por la acera, necesito un espejo para mirarme
desde afuera, mirarme desde afuera, mirarme desde afuera, mirarme desde afuera.
El mejor camino es desahogar las
penas, las rabias las angustias y dejarlas afuera. El mejor camino es serenar
la mente, no pensar en nada y solo sentir de repente, enfriar el corazón en su
justa medida, porque de piedras y de frio no funciona la vida. Serenar el alma
y no sacar conclusiones apresuradas, tomar con fuerza tu mejor arma y
dispararle a la ilusión desencadenada, que solo es producto de mi ingenuidad,
de pensar que nada tiene final. Escoger la mejor alternativa para enfrentar el desafío,
hacerse fuerte con la confianza, la fe y el que es tu amigo, escoger callar
ante los otros, escoger escuchar la conciencia, que habla solo una vez y no
cambia, el resto son mentiras propias que enferman el alma, mentiras propias
que enferman el alma, mentiras propias que enferman el alma.
Está bien, ya me siento mucho
mejor, una parte de mí se fue como contaminación, ser paciente el tiempo lo
premia, ser humilde, la vida te espera, saber escuchar es un don que pocos
saben valorar, saber valorar es algo que pocos conocerán, aceptar es amar y yo
acepto mi condición, las palabras no alcanzan a describir mi acción, ser asertivo
es parte del problema, pero el tiempo, la paciencia y la experiencia al sabio
premian. Tengo las cosas claras y se cuáles son mis defectos, confió en mis
virtudes y crecer es lo que pretendo, y es que a veces me pierdo y no se hacia dónde
mirar, por eso tengo que encerrarme sin pensar.
Una noche se acerca y ya estoy
listo, un día nuevo espera, y yo de fuerzas, de nuevo estoy provisto.
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